No es la primera vez que estoy en esta situacion. Empiezo a ver blogs, como quien no quiere la cosa. "De casualidad". Leo a escritores anónimos (o ya no tan anónimos) que me sorprenden a veces más que los grandes clásicos, que piensan de maneras mas retorcidas o más amplias que los filósofos más reconocidos, todos perdidos en la muchedumbre que es la colectividad. Me cuelgo con historias ajenas, me emociono con logros de desconocidos, me rio cuando alguno publica una entrada muy corta con un comentario breve sobre algo en particular que me hace pensar: ay si, tal cual, y me siento más acompañada. Millones de blogs que cuentan vidas de personas comunes que canalizaron su energia maravillandose con lo cotidiano, con las pequeñas reflexiones de cada día, y que no tienen miedo de hacerlo público. Digo qué copado es tener un blog, qué copado es poder escribir lo que a uno se le pasa por la cabeza. En ese momento, después de horas de apretar sucesivamente el boton que dice: "SEGUIR", y confirmar la solicitud de que: SI, efectivamente quiero seguir este blog con el perfil de gmail, con mi cuenta, porque SI, efectivamente yo también tengo un blog, es cuando caigo en que yo también puedo ser parte del universo bloggistico con el sencillo acto de crear una puta nueva entrada...
.. y acá estoy de nuevo, veo la hoja en blanco que me ofrece blogger.com, y el boton naranja en la parte inferior que me invita a PUBLICAR ENTRADA, asi, sin antestesia, y me entra el pánico. No puedo decir me da pánico que miles de personas vayan a leer esto porque dudo que miles de personas tengan tanto tiempo libre. Pero ya el hecho de saber que dos o tres personas que conocen este blog, que por alguna casualidad lo recuerden en el exacto momento en que estan haciendo huevo frente a una pc, puedan entrar, y ver que escribí algo, y hasta tomarse el tiempo para leerlo, me pone un muro bien groso en la mente.
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